Líder evangélico revela haitianos oran a Dios por ‘fusión’ de la isla

Reclama ‘libre tránsito’ por frontera dominico-haitiana

DAJABÓN, R.D.- Los esfuerzos hechos por Juan Pablo Duarte y decenas de patriotas que combatieron por independizarnos de la haitianos, que durante 22 masacraron a los dominicanos, son desconocidos por líderes de Haití, que consideran que la isla debe ser fusionada y convertida en una sola nación.

Las autoridades dominicanas parecen estar de acuerdo con esta teoría haitiana, pues han permitido que las zonas urbanas y rurales de República Dominicana, estén llenas de haitianos ilegales.

Los haitianos, legales o ilegales, pululan por doquier en la República Dominicana y entran sin problema por la frontera dominicana, ayudados por mafias de traficantes.

Por esa razón, se ha denunciado, en múltiples ocasiones que la frontera dominico-haitiana ha servido a muchos turpenes políticos,  empresarios y militares para hacerse millonarios.

Por esa zona del país, pese a estar completamente “vigilada” y el Estado dominicano invertir miles de millones de pesos en “seguridad”, entran todo tipo de contrabandos.

Por la frontera dominicana ingresan drogas, armas ilegales y se trafica con miles de haitianos, hombres, mujeres y niños.

La frontera dominico-haitiana sirve de trampolín para que mafiosos dominicanos y haitianos  contrabandeen con diferentes productos, procedentes de diferentes países.

Esos productos, como ajo y whisky, son introducidos a Haití y sin ningún tipo de problema, contrabandeado hacia República Dominicana.

Religioso favorece fusión de la isla

Por esa razón, el pastor de la Iglesia evangélica “de Cristo”, en Juana Méndez (Haití), Julio Rubain Bastien, ha declarado que la única solución para resolver la masiva inmigración de sus compatriotas hacia territorio dominicano, es abriendo la frontera y permitiendo el “libre tránsito” de los ciudadanos de los dos países.

El religioso, quien también es observador designado de los haitianos que entran y salen del país por la Dirección de Migración en Dajabón, ha revelado que en Haití “se está creando conciencia” en la población para que la isla sea “única” y no esté repartida en dos países.

Agrega el religioso que ambos países deben beneficiarse en términos migratorios, económicos, culturales, turísticos y en otras dimensiones, en los dos lados de  la isla.

Asimismo, afirmó que en los cultos religiosos que preside los jueves y domingos, así como en las oraciones diarias que realiza de casa en casa en Juana Méndez y otras poblaciones vecinas, junto a los feligreses, imploran para que Dios ayude a que “la fusión” de la isla se produzca lo más pronto posible. 

Rubain Bastien manifestó que las lluvias caen para pobres y ricos, y que es tiempo de que haya libre paso por la frontera,  tanto de ciudadanos dominicanos como haitianos, tal como plantean diversos sectores y organizaciones no gubernamentales (ONG), que se encuentran en su nación.

No son extranjeros

El pastor evangélico criticó que a los haitianos “se les vea” en República Dominicana como extranjeros, tras puntualizar que se está educando a la gente en Haití para que a los dominicanos que cruzan a su nación no se les considere como inmigrante, “sino como hermanos de un mismo territorio”.

Ve la fusión como gran bendición

Rubain Bastien  expresó que “la unificación entre Haití y República Dominicana sería una gran bendición y yo sé que Dios puede hacer ese trabajo, para que todas las personas podamos vivir en unión”.

Sostivo que es tiempo de que haitianos y dominicanos vivan como hermanos y hermanas, sin dificultades y sin abusos.

“Dios puede hacer de todo, porque como dice la Biblia, lo que es imposible para el hombre, puede ser posible para Dios”, señaló Rubain Bastien.

“Puede ser dificultoso para nosotros, pero para Dios es fácil unir dos países y hacer un solo pueblo”, insistió el pastor de la Iglesia de Cristo, ubicada en Juana Méndez.

Rubain Bastien se encuentra asignado en la Dirección de Migración, orientando a sus compatriotas que entran y salen del país de manera ilegal, a fin de garantizar que se les dé un buen trato y que haya entendimiento cuando surgen inconvenientes.