Una experiencia religiosa

 AYUDAME A SALVAR UNA VIDA Â
REFLEXIONES…
-II-
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Sentado en una pequeña capilla de TurquÃa, esperaba el inicio de la Santa Misa en compañÃa de mi amiga, quien nunca habÃa entrado a una Iglesia y menos católica.
Llega un anciano sacerdote de aquellos a quienes los años le pesan por su lento caminar y su pasiva celebración, me decepcioné un poco pues me di cuenta de que tal vez no era aquel el mejor escenario para estrenar en mi Iglesia a alguien de otra creencia religiosa, la Misa era en turco, pero dado mi ministerio yo me la sabÃa de memoria, las lecturas las busqué en el teléfono en español y asà pude participar.
Miraba de reojo a mi amiga y la veÃa muy concentrada, parándose, sentándose y hasta respondiendo amén, se identificó incluso, con su Padre Nuestro ya aprendido.
Mis lágrimas corrÃan por mis mejillas de emoción, di gracias a Dios por tantas cosas, pedà por los mÃos, por los tuyos y hasta por los que no conozco.
En el momento de comulgar ellos daban participación a todos, quienes no estaban preparados para recibir la EucaristÃa, se acercaban con los brazos cruzados y la cabeza inclinada a recibir la bendición con el cáliz de parte del sacerdote, invité a mi amiga y muy emocionada me acompañó.
Al salir eran tantas las preguntas que decidà tener un encuentro para una catequesis especial. Me preguntaba ¿Qué comÃan, por qué a mà no me dieron? A lo que respondà con una amplia explicación de la institución de la EucaristÃa por parte de un tal Jesús, del cual ella ya me habÃa oÃdo hablar.
VÃctor MartÃnez no ha dejado de preguntarse cual será la nueva misión que Dios ha puesto en mi camino, mientras continuaré predicando el Evangelio con los recursos que Dios me ha dado.
Hasta la próxima.