Preparémonos para recibir a Dios

AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
REFLEXIONES…
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
La Iglesia Católica inicia hoy el I Domingo de Adviento, con el que se comienza un nuevo año litúrgico, para revivir en sus celebraciones los misterios de la salvación.
El tiempo de Adviento es tiempo de espera de la venida del Señor, por eso la Iglesia nos invita a velar y estar preparados para la llegada del Señor, estas advertencias del Evangelio, deberían generar alegría, y no miedo ni angustia; porque, como dice el profeta Isaías, avanzamos hacia la luz del Señor, nos encaminamos no hacia un final destructivo, sino hacia un tiempo de salvación en el que hay paz y convivencia fraterna.
Por eso mismo el salmista nos invita a estar alegres y alabar a Dios mientras peregrinamos a la casa del Señor, y san Pablo, a llevar un estilo de vida propio de los hijos de la luz.
En Isaías 2, aparece Sión, colina que domina la ciudad de Jerusalén, en la que se halla el templo, casa de Dios, lugar de su presencia. A esta casa acuden todas las naciones al final de los tiempos, según una visión universalista de la salvación que tuvo Isaías.
Es esta la razón por la que los judíos al dirigirse a Jerusalén y contemplar la ciudad santa se sentían llenos de gozo. Ella era el resumen de las promesas de salvación. Gozo que se manifiesta en el salmo 121, cuando recita: “Vamos alegres a la casa del Señor”.
San Pablo, en su carta a los Romanos 13, exhorta a los cristianos a vivir en el amor de Dios, dejando las obras de las tinieblas y dando signos de conversión.
Víctor Martínez piensa que este llamado es para nosotros, ahora que comenzamos el Adviento, preparémonos pues durante esta espera para recibir al Niño Dios en nuestros corazones y permitir que nos purifique y nos llene de paz, de amor y de alegría.
Es esta la mejor manera de mostrar al mundo y a quienes no son cristianos, la fuerza que el Padre Dios, a través de su Hijo Jesús, trae a todos nosotros, derramando el Espíritu Santo.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias a la Fundación Farach.
Hasta la próxima.