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Abinader y el PRM quieren, a toda costa, evitar que se hable de escándalos en el Gobierno

¡Cógelo, Picante! Precios descontrolados e inseguridad desbordada. La sangre corre por doquier, y el país sigue en picada. ¡Y seguimos avanzando!

 

Buenos días…

Donald Trump está metido hasta el cuello con la crisis de las deportaciones en Los Ángeles, y aunque apoyamos la soberanía de cualquier país para deportar ilegales, lo que nunca vamos a tolerar es la mafia en las fronteras, especialmente en la dominico-haitiana. Esa frontera, supuestamente «asegurada», es un coladero donde entra de todo, y a los deportados se les cobra por su regreso a República Dominicana. ¿A qué jugamos aquí? ¿En qué mundo estamos?

Mientras tanto, un grupo de funcionarios del PRM, incluida la vicepresidenta Raquel Peña, ya está en campaña para el 2028. ¿Y el país qué? ¡Cayéndose a pedazos! ¡Es una vergüenza! Pero claro, en un país donde no hay régimen de consecuencias, ¿quién va a frenar esta carrera política a destiempo?

Mientras un pelotón de funcionarios del PRM se pelea por el puesto presidencial del 2028, la administración pública está en picada. ¡Las denuncias de corrupción no paran! No hay “debilidades” en este Gobierno, eso es corrupción al más alto nivel. Y la pregunta es: ¿cómo es posible que Luis Abinader permita que sus ministros y funcionarios hagan campaña mientras el país se desmorona?

¡Fíjense! Los hospitales sin medicinas, los alimentos por las nubes, los medicamentos siguen subiendo, la inseguridad se vive a diario. Las denuncias de corrupción no cesan. Las obras del Gobierno, ¿dónde están? Los salarios públicos congelados, y el presidente, con cara de piedra, diciendo que la economía va de maravilla, mientras el pueblo se come un cable. La gente sigue tratado de escapar de la miseria. ¡Y nada! En muchos sectores, ni agua para beber. ¡Y seguimos avanzando!

Cada hora y cada minuto, el tiempo nos da la razón. Decimos que en el país no hay inseguridad, y que la gente tiene miedo hasta en su casa. Ahí está el caso de Cabreto, en sector El Naranjo, de San Luis. Matan a un hombre acostado en su cama. Y en la misma zona, ladrones rompen una pared, de una casa, entran y se llevan lo que pueden para hacer dinero rápido. ¿Y el gobierno qué hace? ¡Nada!

Mientras tanto, los escándalos en la Policía Nacional no cesan. Abusos, maltratos y microtráfico a la orden del día en los barrios. Las cámaras de los agentes se apagan justo cuando empiezan los tiroteos, y siguen con el cuento de la reforma policial, que no es más que una “estafa” popular, una farsa.

¿Y el caso de Ángel Martínez? ¿Es víctima del narcotráfico o del mismo Gobierno? El Ministerio Público y algunos jueces están dejando claro que, en este país, la justicia es un chiste. Es increíble que te metan preso a una persona por no ir a una audiencia de «conciliación». Eso, señores, es persecución política en toda regla. Están pisoteando nuestra Constitución y nuestros códigos.

Con todo este circo montado por el Gobierno, no hay forma de que logren desviar la atención del pueblo. La gente sigue sufriendo con una administración que no da respuestas. Que no soluciona los problemas, que crecen cada día. El caos está en todos lados. Y sin oposición.

A Ángel Martínez lo quieren silenciar a toda costa. Lo están utilizando como una «cola de conejillo» para tapar las denuncias sobre escándalos de corrupción y narcotráfico que sacuden a República Dominicana.

Nos cuentan que hay un sector dentro del PRM que ve a Leonel Fernández como su gran pesadilla para el 2028. Y ese sector está usando a Quirino Ernesto Paulino Castillo para tratar de desacreditarlo, tal y como lo hicieron en 2015 Danilo Medina y su gente dentro del PLD. Lo que es difícil, porque ya el pueblo no cree en relajos ni come cuentos.

Quirino es una figura más que conocida en el país. Con sus fábulas no va a convencer a nadie. Todos sabemos, y lo recordamos muy bien, que durante el gobierno de Fernández fue atrapado con un cargamento de droga, extraditado a Estados Unidos y condenado como un vulgar narcotraficante. Eso, por mucho que se vista de «empresario», no lo van a poder esconder.

Y para que vean lo grave de todo esto, les dejamos con una denuncia sobre lo ocurrido en el Merca Santo Domingo, tomada de una fuente externa. Miren y saquen sus conclusiones.

 

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