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Triunfo de Nawrocki en Polonia sacude al gobierno proeuropeo

 

 

VARSOVIA

Con una victoria por un estrechísimo margen, el nacionalista conservador Karol Nawrocki fue elegido presidente de Polonia, en una segunda vuelta que ha encendido alarmas en Bruselas y supone un golpe simbólico y político para el actual gobierno proeuropeo liderado por el primer ministro Donald Tusk.

Según los resultados oficiales de la Comisión Electoral Nacional, Nawrocki —apoyado por el partido opositor Ley y Justicia (PiS)— obtuvo el 50,89 % de los votos frente al 49,11 % de Rafal Trzaskowski, alcalde liberal de Varsovia y candidato de la gobernante Coalición Cívica.

Aunque la presidencia en Polonia tiene funciones más representativas que ejecutivas, la victoria de Nawrocki marca un cambio clave en el equilibrio de poder.

Nawrocki podrá vetar leyes clave del gobierno de Tusk, lo que podría bloquear o ralentizar reformas impulsadas desde Bruselas, especialmente en temas como el estado de derecho, la migración o la integración energética.

Analistas señalan que, con esta victoria, el PiS recupera influencia política a pesar de haber perdido el control del Parlamento en 2023. “Es un contrapeso institucional al gobierno actual, y una señal de que una parte importante del país no está alineada con la visión proeuropea de Tusk”, explicó Agnieszka Górska, politóloga de la Universidad de Cracovia.

Dividida entre dos visiones

La elección deja al descubierto una profunda polarización social y política.

Mientras las grandes ciudades y los votantes más jóvenes respaldaron mayoritariamente a Trzaskowski, Nawrocki dominó en zonas rurales, comunidades religiosas y regiones del este, más conservadoras y escépticas respecto a la Unión Europea.

El presidente saliente, Andrzej Duda, también del PiS, felicitó a Nawrocki y declaró que “Polonia seguirá siendo una nación soberana con raíces cristianas y fuerte identidad nacional”.

En contraste, Trzaskowski aceptó la derrota, pero advirtió que “la mitad del país ha dicho claramente que quiere una Polonia abierta, democrática y europea”.

Impacto en la relación con la UE

El nuevo presidente es crítico con algunas políticas comunitarias y ha prometido defender la soberanía polaca frente a lo que denomina “intervencionismo de Bruselas”. Esto podría reavivar tensiones diplomáticas con la Comisión Europea, especialmente en temas de independencia judicial, libertades civiles y política migratoria.

Varios líderes europeos, aunque felicitaron formalmente al nuevo mandatario, mostraron preocupación. “Esperamos que el nuevo presidente trabaje de forma constructiva con las instituciones europeas”, declaró una fuente diplomática en Bruselas.

La elección registró una participación récord del 72,63 %, con más de 21 millones de polacos acudiendo a las urnas.

La diferencia final fue de apenas 370.000 votos, lo que refleja una movilización masiva de ambos bloques y deja a Polonia frente a un período potencial de cohabitación tensa entre el Ejecutivo proeuropeo y una Presidencia conservadora.

El triunfo de Karol Nawrocki no solo reconfigura el mapa político interno de Polonia, sino que podría marcar el inicio de una nueva etapa de tensión institucional y  fricción con la Unión Europea. La pregunta que queda en el aire: ¿será Nawrocki un presidente de confrontación o de moderación?

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