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La reforma policial… un mito

 

Por Tomás Aquino G.

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Quienes hablan de reforma, entendemos, se refieren a enmendar o renovar algo para lograr una mejoría.

Si eso es así, como dicen los sabios, cuando escuchamos hablar de reforma policial, entendemos que es una burla a la sociedad, que esa reforma que tanto se ha, y se está cacareando, es un mito.

La reforma policial de la que se habla en la actualidad es un mito, no existe. Es un proceso que únicamente está en desarrollo en la mente de sus propulsores y en los medios de comunicación.

Hablar de reforma policial en República Dominicana es, sin lugar a dudas, estafar a la sociedad. Mentirle a la sociedad. Confundir a la sociedad.

Nadie puede hablar de reformar a la Policía Nacional, si a lo interno no conoce los intríngulis de esa institución .

Danilo Medina, siendo presidente de la República, promovió, impulsó, hizo aprobar, promulgó y publicó la Ley 590-16, de la Policía Nacional, haciendo creer que era un paso de avance para los miembros de esa institución.

Sin embargo, fue todo lo contrario, es un mamotreto de ley, cargada de errores, que el mismo Danilo Medina fue el primero en violar, manteniendo al frente de la Policía, por casi tres años, a un hombre repudiado y rechazado por la sociedad, que incluso, estuvo involucrado y, por eso fue sancionado, en un escándalo internacional, como fue el caso de la Mulata, en Puerto Plata.

Luis Abinader

Pero, cómo se puede hablar hoy de reforma policial, cuando hombres designados por el propulsor de esa supuesta reforma, muchos de ellos están cuestionados ante la sociedad, mencionados, incluso, en hechos gravísimos.

Otros, incluso, puestos en retiros en violación a la propia ley de la institución, únicamente porque no le caen bien al jefe o por que reúnen condiciones suficientes para ocupar el cargo de Director.

Aún desconocemos, si como la Policía está siendo “reformada”, ya se dio el primer paso para realmente poder hablar de reforma, que es dignificar a cada uno de los miembros de esa institución.

Si usted me pregunta, ¿actualmente, hay en marcha un proceso de reforma policial? Mi respuesta sería, tajantemente, ¡no! Eso es un mito, no existe ni siquiera en la mente de sus propulsores.

Para hablar de reforma, hay que garantizar alimentación, salud, educación, transporte y vivienda a cada uno de los miembros de la Policía Nacional. Y de eso no se habla,

Para hablar de reforma, la Policía debe ser sometida a un profundo proceso de depuración, de arriba para abajo y de abajo para arriba, que abarque a todos los miembros de la institución. Y de eso no se habla.

Pero, esa depuración debe ser dirigida por una comisión integrada por hombres profesionales, que no sean dirigidos o manipulados, que se deje mangonear, ni siquiera por el presidente de la República.

Una comisión que debería ser integrada por un juez de la Suprema Corte de Justicia, por un procurador general adjunto de la República y un representante de la sociedad civil, que no hayan tenido ningún tipo de enfrentamiento con la Policía, en el pasado.

Además, por tres miembros retirados de la Policía, a quienes nadie pueda manipular, y mucho menos, dirigir, como por ejemplo, los mayores generales (r) Rafael Guerrero Peralta, y el doctor Frener Bello Arias, así como el general (r), licenciado Damián Arias Matos,

Y finalmente, por un general activo de la propia Policía Nacional, en este caso el actual inspector General de la Policía, doctor Pedro Cordero Ubrí.

Una comisión de esa categoría está en capacidad, sin lugar a dudas, de entregar a la sociedad una Policía de calidad, correctamente depurada, sin tachadura y sin pecado.

Ahí no habría necesidad de aplicar borrón y cuenta nueva.

Un policía dignificado. Es decir, que pueda trabajar sin tener que pensar que el salario que devenga no le alcanza para nada, como ocurre actualmente, es un policía que se entregará en cuerpo y alma a desarrollar una labor para la Patria, sin dejarse acosar por el delincuente.

Si se toman esas decisiones, entonces podemos decir, que hay un proceso de reforma en marcha y que la Policía está cambiando.

Pero, lamentablemente, hoy en día, la Policía va de mal en peor, de palo pa’ leña, mal gerenciada, y el descontento es general.

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