Al coronel Morales Herrero lo cancelaron por denunciar mafia en altos mandos

Buenos días…

Increíble pero cierto: al coronel de la Fuerza Aérea, Rafael Tomás Morales Herrero, lo cancelaron por atreverse a denunciar una supuesta mafia de corrupción en la DNCD, el DNI y la Procuraduría. ¿Y quién dio la orden? Pues nada más y nada menos que el presidente Luis Abinader, el único con poder para firmar una decisión de esa magnitud.

La gran pregunta: ¿y los denunciados? ¿Van a ser investigados? ¿O se quedarán tranquilos, contando billetes? Si se sienten inocentes, que sometan a Morales Herrero por difamación. Pero no: prefirieron callarlo y sacarlo. Y ya usted sabe, al cancelarlo la gente cree más en lo que denunció.

Aquí pasó lo nunca visto: en vez de investigar a los acusados, investigan y castigan al que denuncia. ¡Tremenda jurisprudencia! Un aviso claro: que nadie se atreva a destapar las ollas podridas del poder.

Lo mismo ocurrió con aquel coronel de la Policía que auditó la DIGESETT, en la gestión de Guzmán Peralta. Descubrió desfalcos y vagabunderías contra el Estado… ¿y qué hizo Abinader? En vez de reconocerlo, lo mandó para su casa, violándole sus derechos. Lo puso en retiro. ¡Qué barbaridad!  Quería, cambio… ese es el menudo.

Presidente Abinader, así no se combate la corrupción, así se premia. Usted protege a los corruptos y castiga al honesto. Ese es el “cambio” del PRM: salir de Guatemala para caer en Guatepeor.

Mientras tanto, el microtráfico en el Cibao mete miedo. Y desde Santo Domingo Este nos llegan denuncias más fuertes: un empleado de la Fiscalía filtra información a redes de narcos en Nuevo Amanecer y Los Frailes. Es su “enlace” con policías corruptos. Y eso hay que investigarlo. Nos dieron hasta el apodo de ese elemento. Advertencia: no somos «chotas». 

Y hablando de narcos: “Pirín”, entrégate. Tu cabeza tiene precio. Dicen que sabes demasiado y que mataste al capo Wilman, el que llenaba de dinero a oficiales de la zona. Lo tuyo huele feo, y temen que si te agarran vivo, muchos van a sudar frío.

Por si fuera poco, un lector nos escribe y destapa otra bomba: en esta isla hay periodistas y comunicadores cobrando de la DNCD. ¿Transparencia? ¡Ajá! Eso es como pedirle a un tiburón que se vuelva vegetariano. La realidad es que hay nombres sonoros.

Pero el asunto no se queda ahí. También se comenta que altos mandos figuran en la lista de los que reciben sus chelitos de la DNCD. ¿Cómo se explica que el propio director de la DIGESETT cobre dinero proveniente de otras instituciones? Si ese no es él, entonces que  investigue quién es ese otro Fernando Cruz Méndez. General, si usted no se come el cajuil no se eche la semilla.

Y más grave todavía: el espacio “Corrupción al Desnudo” denunció que esos fondos vienen nada más y nada menos que del microtráfico. ¡No, hombre, no! Eso sería el colmo. Si eso es cierto, no estamos frente a una simple falta administrativa: estamos hablando de un Estado contaminado hasta los tuétanos.

La pregunta pica y se extiende: ¿quién controla a quién? ¿La DNCD a los narcos, o los narcos a la DNCD y a quienes deberían fiscalizarlos?

Y ojo: el subdirector del hospital policial tiene un patrimonio de más de 463 millones de pesos. ¿De dónde salió? ¿Del “sueldo cebolla” de la Policía? Y como si fuera poco, el encargado de compras del hospital es su asistente personal. ¡Una joya de “transparencia”!

¡De último minuto! Nos informan que el exministro de Interior y Policía, Jesús “Chú” Vásquez, está metiendo, no solo los brazos, ¡sino hasta la cabeza! para que el presidente Luis Abinader designe como nuevo director de la Policía al general Ferreira, actual jefe policial en La Vega. ¡Ave María Purísima!

Los reportes que manejamos aseguran que este brigadier cuenta con el respaldo absoluto del ¿empresario o hacendado? José Leonardo Peguero Mosquea, compadre de Chú y figura muy conocida en Loma de Cabrera y Nagua. Ministra Faride Raful, como usted está, tan preocupada por su Policía, investigue, ¿quién es ese señor? ¿Por qué tanto interés en complacerlo?

Señor presidente, ¡abra bien los ojos! No se deje sorprender ni por compadrazgos ni por amarres de poder, porque al final, como dice el pueblo, quien se acuesta con muchachos, amanece meao.

Y aquí lo tienen, al general y su canchanchán, figureando como si ya tuvieran el cargo en el bolsillo…

Presidente Abinader, esto está feo, muy feo. La oposición está dormida, los apagones desesperan a la gente y la delincuencia tiene al pueblo al borde del colapso.

Los que están en nómina del poder, como Guzmán Peralta y sus cómplices, viven a sus anchas. Pero el pueblo, señor presidente, está con la soga al cuello.