Los periodistas piensan, los borregos no

Por Augusto Álvarez
La honestidad se refleja en cada accionar de una persona. Un simple vistazo a la hoja de vida de un individuo basta para saber quién es.
Azuzar y hostigar puede encajar en la figura de un pastor… pero, ¿quieren las y los periodistas —especialmente las jóvenes profesionales de la comunicación— ser fastidiados y presionados?
En el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) tenemos garrapatas. Y bien vale recordar: ¿qué hizo el profesor Juan Bosch con las plagas?
En nuestro poder reposa una carta que también posee el CDP. ¿Está secuestrada? Lo mismo sucede con otra comunicación enviada al rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) por la licenciada Percia Cuevas de la Rosa, utilizando los canales institucionales correspondientes, pero que —por corrupción o por grave fallo de seguridad— nunca llegó al despacho del rector Editrudis Beltrán.
Mientras el presidente Luis Abinader ha rechazado la reelección, hay funcionarios de su gobierno que promueven el “vuelve y vuelve” en el CDP. ¿Se trata de una línea oficial que implica el uso de recursos del Estado?
La presencia de ministros en un proceso electoral gremial despierta sospechas legítimas, sobre todo cuando en la hoja de vida de algunos de ellos asoman oscuros nubarrones.
Percia Cuevas espera respuestas de la Rectoría de la UASD, mientras el gobierno tiene la obligación de explicar por qué ministros participan activamente en el proceso electoral del CDP.
Resulta extraña la unión de quienes levantan el brazo izquierdo como símbolo de honestidad personal, pero al mismo tiempo sueñan con seguir a una pastora señalada por las autoridades en un voluminoso expediente de corrupción. Y es que no todos los pastores tienen la hoja de vida limpia.
No olvidemos que el líder del Club 700 llegó a pedir la liquidación del entonces presidente Hugo Chávez; hasta los chinos de Bonao conocen esa historia… igual que la del otro pastor detenido en Nueva York, acusado — ¿de qué?— ya todos lo saben.