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Presidente, la población está jarta de la corrupción… y de mentiras

¡Cógelo, Picante! no surge para complacer, sino para denunciar y que al que le pique… que se rasque

 

Buenos días…

¡Cógelo, Picante! no nació para complacer a nadie.

Nació para decir las cosas tal y como son, sin maquillaje, sin miedo y con pruebas en mano. No publicamos rumores ni inventos.

Y sí, tenemos en nuestros archivos cinco auditorías hechas a organismos policiales que manejan fondos del Estado. Que revelan desfalcos, irregularidades y robos institucionales.
Son documentos oficiales, anunciados incluso por el propio presidente Luis Abinader en su discurso del 27 de febrero de 2023. Que por cierto, guardamos ese discurso, por si acaso le da amnesia a alguien.

Y vamos a hablar claro… Si el presidente Abinader realmente combatiera la corrupción -como tanto repite-, Guzmán Peralta no sería hoy jefe de la Policía. Cruz Cruz no estaría de inspector general, y Minoru Matsunaga no seguiría en POLITUR.

Las auditorias hechas por la Policía Nacional, revelaron irregularidades millonarias en organismos bajo su gestión.  Y todo sigue igual. No ha hecho nada.

Si el PEPCA no tiene esas auditorías, ¡Cógelo, Picante! sí las tiene. Con todos sus anexos. Por cierto, ¿qué hizo con la denuncia-querella presentada por los derechos humanos-Nelson Gutiérrez? ¡Nada!

Y también tenemos copia de un expediente sobre una investigación que se hizo a otro general de la Policía, donde estaba en juego la seguridad nacional. Y ese general, en una ocasión fue investigado por corrupción y un presunto desfalco de combustibles. Y hoy quiere ser jefe de la Policía.

Y ojo. Si la lucha contra la corrupción fuera real, el ministro Administrativo de la Presidencia no anduviera promoviendo para jefe policial a un general que fue director del IPE, con una auditoría gorda, que mete miedo. Pero nosotros la tenemos. Y la publicaremos en cualquier momento.

Entonces, no vengan con cuentos. La gente está jarta de escuchar discursos, promesas y mentiras.
En las calles, los apagones siguen quemando los nervios del pueblo; el agua escasea, la comida sube cada semana, los medicamentos se alejan de los pobres. Y el Gobierno, en vez de resolver, vive en burbujas de poder y alfombras rojas.

Presidente, salga del Palacio. Tírese a los barrios sin cámaras, sin carpas, sin avisos. Hable con la gente de verdad, no con los que le aplauden por obligación. Porque esas “visitas” que ahora disfrazan de modernidad son las mismas mentiras maquilladas de antes.

Y si el Senado y la Cámara de Diputados fueran independientes, otro gallo cantara.  Pero no… ese Congreso es un sello gomígrafo, un eco del Palacio que protege funcionarios en vez de fiscalizarlos.

Si actuaran como manda la Constitución, el director de la Policía tendría que explicar quién dio la orden de la matanza de La Barranquita, y de dónde ha sacado tanto dinero para las obras que construye en diferentes lugares. Pero el Congreso calla. Y el pueblo paga.

Ese es el “cambio” que vendieron. El resultado de votos comprados, de dádivas disfrazadas de ayudas. Tarjetas, pica pollo y promesas baratas.

El que vende su voto, vende su dignidad. Y por eso, seguimos en lo mismo. Hoy lloran de angustia. Ayer vendieron sus votos.

Mientras tanto, el caos se multiplica. Los monstruosos “policías acostados” del alcalde Dío Astacio en Santo Domingo Este están causando accidentes, daños y corajes.

En lugar de sembrar trampas de cemento, debería tapar los hoyos, señalizar las vías y educar al tránsito. Pero no, es más fácil posar para fotos que hacer gestión.

Nos llamó un ciudadano indignado: “El presidente no le hace caso a nada», nos dijo. «Ni a la inseguridad, ni a la corrupción, ni a los abusos de la Policía», agregó.

Y parece tener razón. Porque dentro del mismo Palacio de la Policía se comenta que el combustible se vende, que se “echa” gasolina hasta a vehículos dañados. Y nadie investiga. Ni la “soberana” que tanto habla de moral se atreve a tocar el tema. ¿Miedo? ¿Complicidad? ¡Qué vergüenza!

Mientras tanto, la violencia y la delincuencia siguen sueltos. En Santiago, el sector Pueblo Nuevo amaneció bañado en sangre, la madrugada del lunes. Allí hubo dos muertos, tres heridos, y un silencio oficial que indigna. Esa es la realidad. La que el Gobierno no quiere ver.

Presidente, el país está jarto de excusas, de discursos, de justificaciones y de funcionarios con carita limpia y bolsillo lleno. El pueblo no necesita más anuncios. Necesita resultados. Y si el cambio que prometieron termina en más de lo mismo… Entonces, ¡Cógelo, Picante!

 

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