La virtual designación de Guzmán Badía como jefe PN se ha convertido en una comidilla
¡Cógelo, Picante! Guzmán Peralta habría jurado sacar de circulación a varios generales y coroneles antes de abandonar el cargo.

Buenos días…
La designación del general Juan Hilario Guzmán Badía, actual subdirector general de la Policía Nacional, como próximo jefe de esa institución es un hecho consumado. Uno dicen que es un poquito más de los mismos. Otro, que el presidente Luis Abinader no puede incurrir en un nuevo error.
Y según fuentes bien informadas, el presidente Abinader ya decidió complacer a su madre, doña Sula Corona y a su hermana Rita, con ese nombramiento.
Nos llueven mensajes de todas partes con la misma pregunta: ¿La Policía es una empresa familiar? Y nosotros respondemos: ¡Ay, yo no sé no! Pregúntenselo a la vecina.
¡Atención país! Jamás revelaremos nuestras fuentes, pero la información que llegó a ¡Cógelo, Picante!, sobre este virtual nombramiento salió de una residencia en la calle Federico Geraldino, en pleno ensanche Paraíso, Distrito Nacional.
Anoche mismo, otro general de la PN llamó a uno de los editores de ¡Cógelo, Picante y soltó la frase del día: Perdimos la batalla, pero no la guerra.” Y agregó: «Ustedes son culpables». ¡Vaya, vaya!
Hace rato veníamos informando que Guzmán Badía estaba siendo promovido por Rita Corona, hermana del presidente, y doña Sula, para ocupar la jefatura de la Policía.
Mientras tanto, José Abinader le “pichaba el juego” a otros generales aspirantes: entre ellos el inspector general y al director regional en San Juan de la Maguana, mientras Chú Vásquez, exministro de Interior y Policía, promueve a un exdirector de la Digesett.
Por su parte, Andrés Bautista, ministro Administrativo de la Presidencia, empujaba al general Orisson Olivence Minaya; José Paliza y su hermano, al actual director de Puerto Plata; y otros se inclinaban por Claudio González Moquete.
Hasta el expelotero Sammy Sosa tenía su propio candidato en la baraja. Y que al igual que los otros, también tiene su cola.
Pero ojo: la Policía Nacional no es una empresa familiar. Al frente de esa institución debe colocarse un oficial con carrera, experiencia y sin cola, que no haya estado enredado en corrupción ni en casos de droga.
Porque seamos claros: la Policía está fea pa’ la foto y estrujada pa’ un video. Corre el riesgo de colapsar. Su imagen está por el suelo, y sus últimos jefes —sí, incluyendo los pupilos de Danilo Medina— han sido un verdadero fracaso.
Y si se confirma que Guzmán Badía será el próximo jefe, el mensaje es terrible: “La Policía ahora es una empresa de la familia presidencial.”
Mientras tanto, los delincuentes se ríen con las muelas de atrás… navegando tranquilos en su agua.
Un ejemplo claro del deterioro de la Policía es la retaliación y persecución desatada por su actual director, Guzmán Peralta, contra oficiales generales, coroneles y subalternos que sirvieron a otras gestiones dentro del mismo gobierno.
Y atención a este dato: Guzmán Peralta, que en nueve días cumple dos años al frente de la PN, ya habría jurado que antes de irse pondrá en retiro a varios generales y coroneles. Eso se llama retaliación, persecución pura y dura.
Presidente, eso es una vergüenza. Este individuo, con todos los desmanes cometidos en la Policía, pretende despedirse haciéndole más daño a la institución, en vez de enfrentar la inseguridad que se está tragando al país.
Y hablando de desorden, muchos policías —generales, coroneles y oficiales subalternos— quieren saber dónde están entregando los nuevos uniformes policiales, porque nadie lo ha notificado.
El salario de un general no da para comprar esos uniformes, y por si acaso alguien lo duda… ¡Un general gana menos de 55 mil pesos mensuales! ¿Oyeron?
En ¡Cógelo, Picante! sabemos de lo que hablamos. Al menos tres de nuestros principales autores han estado ligados directa o indirectamente a la Policía por casi medio siglo. Les sobran las informaciones. Conocen al ciego durmiendo y al cojo sentado.
¡Al cierre! Nos llegó la brisa desde el Palacio Nacional… Anoche se habría celebrado una reunión caliente entre el presidente Luis Abinader y varios ministros de su círculo más cercano, quienes —sin rodeos— le plantearon al mandatario que antes de designar a un nuevo jefe policial por sugerencia familiar, debía evaluar cuidadosamente el perfil de todos los generales.
La recomendación fue clara: escoger a quien tenga méritos reales, sin rechazo interno, sin expediente abierto ni cola que le pise la ley.
En resumen, exactamente lo mismo que viene advirtiendo ¡Cógelo, Picante! desde antes de la designación de Guzmán Peralta, y con éste… misión cumplida. Los advertirnos y ahí están los hechos: Más inseguridad, escándalos de corrupción, ejecuciones extrajudiciales y asesinatos colectivos. Y muchas mentiras.



