¡Un reo de La Victoria detenido en Monte Plata dándole golpe a su mujer… ¡Qué barbaridad!
¡Cógelo, Picante! El censo del CEA y los invasores, y en la Policía siguen esperando un nuevo jefe con perfil limpio y sin olor a corrupción

Buenos días…
Eso de complacer peticiones familiares para designar al jefe de la Policía Nacional es una barbaridad. Un irrespeto total a una institución que, dicho sea de paso, está en uno de sus peores momentos.
La imagen de la Policía está por el suelo y la inseguridad, en su punto más alto. La gente vive con miedo, hasta dentro de su casa.
Mientras tanto, los altos mandos policiales andan felices: progreso para ellos y su familia, pero el pueblo, que se las arregle como pueda. La violencia y los atracos van en aumento, y los puntos de drogas… en su mejor época.
El censo del CEA, un paso correcto. Hay que decirlo, el censo que está realizando el CEA es una excelente iniciativa. Servirá para detectar a los invasores que se han adueñado de terrenos vendidos legalmente por esa institución.
No es posible que ciudadanos que pagaron sus solares con documentos en regla estén hoy peleando con delincuentes que falsifican papeles y se hacen dueños del terreno ajeno. Bien por el CEA, y ojalá que después del censo vengan las titularizaciones solo para quienes tengan sus documentos al día. Los invasores deben ir presos. ¡Así de simple!
El escándalo de La Victoria… Y hablando de delincuentes, el penal de La Victoria sigue siendo un desastre. Allí los negocios de drogas, armas y “favores” funcionan como si nada, y eso no ocurre sin complicidad de las autoridades del penal.
Lo más grave: hace poco se destapó un caso que parece de película. Un preso que estaba en el área del hospital fue trasladado misteriosamente al área de Los F, y poco después, salió por el portón principal de Alaska, como si fuera un visitante. Sin orden judicial, sin papeleo… sin vergüenza.
La supuesta “libertad” ocurrió el 22 de julio, pero el escándalo se supo semanas después, cuando apareció el “liberado”… ¡golpeando a su mujer en Monte Plata! La Policía lo arrestó, y todos quedaron boquiabiertos, cuando al ser depurado, ese hombre figuraba como preso en La Victoria.
¿Y la Procuraduría? Nada. Silencio total. ¡Una vergüenza nacional! Dicen —y en el penal lo comenta todo el mundo— que pagó 600 mil pesos por su libertad. ¿A quién? Todos sospechan, pero nadie se atreve a hablar.
Pero, atención, Yeni Berenice, ese caso hay que investigarlo con lupa. Y limpiar ese penal de arriba abajo:, con to’ y el coronel incluido… y también sus cómplices.
La Policía necesita cabeza limpia… Todos los generales andan en campaña para sustituir a Guzmán Peralta, cuyo mandato —por suerte— parece tener los días contados.
Pero lo que el país espera es que Luis Abinader no repita el error de poner otro jefe sin perfil, sin carácter y con expediente.
La Policía no es una empresa familiar. Es una institución seria, o debería serlo, porque es la responsable de la seguridad ciudadana. El nuevo jefe debe ser decente, capaz y sin sombra de corrupción.
Crímenes olvidados… La matanza de La Barranquita, en Santiago, se olvidó. Los que ordenaron esa masacre parecen blindados, igual que los autores del asesinato de un agente de la DNCD y de dos militares, en el 12 de Haina. Nada pasó. ¡Qué pena! Y al parecer, la orden de ejecución salió del mismo lugar, igual que las habladurías.
Este país necesita un Ministerio Público con pantalones, no uno que mire para otro lado.
Y para cerrar con broche de oro… El comunicador y detective privado Ángel Martínez fue sacado a la fuerza del Palacio de Justicia. ¿Y entonces…? ¿Desde cuándo decir la verdad es un delito?



