Trump, la CIA y la guerra sucia en Venezuela
La administración del presidente Donald Trump ha dado una orden directa a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para intensificar sus “trabajos sucios” dentro de Venezuela, con el propósito de socavar las bases de poder de Nicolás Maduro.
Lo curioso de este caso no es la orden en sí —pues esas operaciones forman parte del quehacer habitual de la CIA— sino la forma pública en que se anuncia. Históricamente, la agencia ha ejecutado acciones encubiertas para derrocar gobiernos, infiltrar movimientos y eliminar líderes políticos sin necesidad de un mandato presidencial abierto. Por eso resulta inusual, y hasta provocador, que Trump haya decidido hacerlo visible.
La nueva ofensiva estaría dirigida a romper el sistema de seguridad interno venezolano, una estructura hermética que la CIA no ha logrado penetrar con eficacia. Se trataría de una estrategia de desgaste, una “guerra sucia” que combinaría operaciones psicológicas, sabotajes y desinformación con el cerco económico, aéreo y marítimo ya existente.
El bloqueo de Estados Unidos no ha logrado quebrar el núcleo duro del chavismo, de modo que Trump empuja ahora a la CIA a una fase más agresiva, buscando vulnerar los puntos ciegos del aparato de inteligencia de Caracas.
La gran incógnita es si, en medio de este cerco y de la presión internacional, habrá un momento de descuido dentro del chavismo que permita a la CIA penetrar finalmente la coraza de seguridad del régimen de Nicolás Maduro.
