
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Siempre había escuchado por parte de algunas doñas educadoras, ya ancianas, decir que, la profesión de maestra era muy ingrata, por quejarse de la soledad en que vivían y de cómo habían pasado miles de estudiantes por sus manos y no se acordaban de ellas.
Recuerdo que le explicaba a una de ellas que ese era el denominador muy común en todo envejeciente, pues muchos se quejaban hasta de los nietos, hijos y familiares.
La vejez, ancianidad o tercera edad como usted quiera llamarle es muy difícil y es este uno de los aspectos que más los afecta, sentirse abandonados, sobre todo cuando usted cesa en sus funciones, se sienta en una mecedora a esperar la muerte y no se deja sentir, con la tanta sabiduría que tiene y las tantas cosas que podría estar haciendo por los demás, en lo que le llegue el momento de partir.
Y esto, reconociendo que hay situaciones extremas en los que, la enfermedad o las carencias se imponen.
Hoy me levanté y encontré un mensaje por Instagram que decía:
“Hola Don Victor. Le escribe Vielka Suazo. No sé si me recuerde fui estudiante en el mejor Colegio de República Dominicana El Buen Pastor. Donde fui tan feliz. La semana pasada estuve recordando algunas vivencias del colegio con mi mamá Vielka Portorreal y queremos si le es posible contactarlo para invitarlo a nuestra casa a beber un café. Espero le pueda dar pronto un abrazo fuerte”. (Este mensaje con una hermosa foto de ella con su niña). (Había orado mucho por ella, estuvo Vielka en una de mis revelaciones hace unos días).
¿Qué puedo yo sentir cuando me despierta el primer llamado de las mezquitas, a las 5 de la mañana, me pongo a orar y luego reviso el celular para ver si alguien me ha pedido oraciones mientras dormía? ¡Encontrarme con este mensaje me llenó de tanta felicidad!
Recordé a las doñas educadoras, y expresé, ohhh miles de estudiantes que han pasado por mis manos, a quienes recuerdo, y pongo en oración y Dios tocó el corazón de Vielka para recordarme que sí hay personas agradecidas, que no todo está perdido y que son muchos los que agradecen, aunque no lo expresen.
Doy gracias a Dios porque en estos días me han contactado Roberto Leo, Diana Freites, José Geraldino, Heidi Rodríguez, Dulce Gatón, Julián Kuret, Eder Martínez, Aurin Aybar, María Coplin, Tairy Cabrera, todos para apoyarme en esta nueva labor de llevar la Palabra de Dios por el mundo entero. Gracias del alma.
Hay que sembrar la semilla y dejarla que crezca y de buenos frutos, sin importar donde la siembras, ni para quienes serán los frutos, lo importante es hacer la obra para glorificar al Padre, quien se encargará de velar por las obras.
Bendice Padre de amor, a todo ser humano que un día pasó por mi lado, compañeros de estudios, alumnos, pacientes, feligreses, hermanos de Iglesia, vecinos, compañeros de trabajo, familiares y amigos y pon en mi mente y corazón a quien necesite de nuestras oraciones por alguna razón. Amén.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias a nuestra hermana Mónica Varela.
Hasta la próxima.