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¿La UE quiere guerra? ¿Y Estados Unidos?

 

¿Qué naciones están promoviendo provocaciones desde una visión distorsionada de sus fuerzas, bajo una movilidad que responde a un mando externo?

Se afirma que la OTAN, al igual que varios países de la Unión Europea, busca afianzarse en el mar Negro. ¿Está Rusia en la mira? ¿Otro error de cálculo?

La historia está ahí para recordarnos sus lecciones. Los líderes de la UE, en lugar de actuar por impulso o presiones geopolíticas, deberían pensar con lógica, evaluar sus capacidades reales y considerar seriamente sus posibilidades en una lucha por la supervivencia. ¿O también juegan desde la inocencia?

Quizás en Washington manejan información global que los lleva a asumir una postura incómoda, cautelosa, sin dar un salto al vacío. ¿Actúa la OTAN al margen del visto bueno estadounidense?

Incluso, cabe preguntarse: ¿apostaría el expresidente Donald Trump a una tragedia global sin tener los cálculos bien hechos?

Los movimientos en el mar Negro podrían no ser más que episodios de una gran farsa teatral, donde los actores juegan a la guerra sin medir el precio real del conflicto.

Precisamente, en un día como hoy se cumple un nuevo aniversario del desembarco de las fuerzas estadounidenses en Normandía, Francia, una acción que aceleró el final de la Segunda Guerra Mundial.

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