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El Pentágono militariza Los Ángeles en medio de crisis migratoria y protestas masivas

La situación se torna muy difícil con disturbios por doquier y una ciudad en estado de sitio

 

LOS ÁNGELES, EE. UU.

La tensión en Los Ángeles alcanzó un nuevo nivel este martes, con la llegada de aproximadamente 700 infantes de marina enviados por el Pentágono para apoyar a las fuerzas del orden en medio de un estallido social provocado por redadas migratorias masivas.

El despliegue —confirmado por el Comando Norte de Estados Unidos— incluye a efectivos del 2.º Batallón del 7.º Regimiento de la 1.ª División de Infantería de Marina, con sede en Camp Pendleton.

Según el Departamento de Defensa, su misión es «proteger infraestructura crítica, personal federal y apoyar la restauración del orden», en un contexto que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha calificado como “una amenaza directa al estado de derecho”.

Protestas y disturbios

Las manifestaciones comenzaron el 6 de junio tras una serie de operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que resultaron en la detención de al menos 118 personas por presuntas violaciones migratorias, según Bloomberg.

Aunque inicialmente fueron convocadas como marchas pacíficas, las protestas se tornaron violentas en varias zonas, incluyendo incendios de vehículos, saqueos y choques con la policía en áreas como Paramount y Boyle Heights.

En respuesta a la escalada, el presidente Donald Trump autorizó el despliegue adicional de 2,000 efectivos de la Guardia Nacional, lo que ha encendido una batalla política entre el gobierno federal y las autoridades locales.

Tensión entre Washington y Sacramento

El gobernador de California, Gavin Newsom, criticó duramente la intervención federal, calificándola de «acto provocador» y «un uso innecesario de la fuerza militar contra ciudadanos estadounidenses».

En una carta enviada al secretario de Defensa, Newsom exigió la devolución del control de la Guardia Nacional al estado y advirtió que “la presencia de tropas no hará más que agravar una situación ya volátil”.

La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también condenó la decisión, acusando a las agencias federales de “sembrar el miedo en comunidades inmigrantes” y alimentando un clima de desconfianza en barrios predominantemente latinos.

El Pentágono militariza Los Ángeles en medio de crisis migratoria y protestas masivas

Trump defiende la militarización

Desde su red Truth Social, el presidente Trump calificó las protestas como “disturbios organizados contra el cumplimiento de la ley” y prometió “restaurar el orden a toda costa”.

La Casa Blanca ha invocado el Título 10 del Código de EE. UU., que autoriza el uso de fuerzas armadas en casos de disturbios civiles, afirmando que “la seguridad nacional está en riesgo”.

El secretario Hegseth confirmó que unidades adicionales de la Infantería de Marina en Camp Pendleton están en alerta máxima para un posible despliegue inmediato en otras ciudades, en caso de que las protestas se extiendan.

Rumores, redadas y miedo

De acuerdo con el Los Angeles Times, los disturbios comenzaron tras rumores de redadas del ICE en tiendas Home Depot, aunque el Departamento de Seguridad Nacional ha desmentido haber realizado operativos allí. Sin embargo, organizaciones locales señalan que agentes encubiertos sí han estado presentes en lugares de alto tránsito laboral, intensificando el temor en comunidades de inmigrantes.

“La ciudad está militarizada, las redadas son reales y el miedo es palpable”, declaró Ana Rodríguez, directora de la organización Defend LA, que coordina redes de ayuda para inmigrantes. “Lo que vemos en las calles no es solo una protesta. Es una respuesta a años de políticas represivas”.

Los analistas advierten que la militarización de Los Ángeles podría marcar un precedente peligroso para la respuesta federal a manifestaciones civiles.

 Mientras tanto, las organizaciones comunitarias siguen movilizadas, preparando recursos legales, asistencia humanitaria y refugios temporales para los afectados.

El pulso entre el gobierno estatal y la administración Trump continúa, con implicaciones directas en la campaña electoral y el debate nacional sobre inmigración, derechos civiles y el uso del poder militar dentro del territorio estadounidense.

 

 

 

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