
AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
Debemos ser cuidadosos cuando empleamos la palabra amor, pues tras ese sentimiento se esconde mucha maldad, mucho engaño, mucho fraude, mucho pecado.
“Te amo” desde que te conozco, porque me gustas tanto que quisiera devorarte en la cama, con la misma intención de un lobo que devora una ovejita.
Te amo, pero te maltrato, te insulto, te humillo, te manipulo, te chantajeo, y lo peor es que muchas creen que en verdad eso es amor.
Amo tanto a mis hijos, que se lo doy todo, los complazco en todo, los consiento y los justifico hasta en lo mal hecho, ¿será eso amor?
Amo al prójimo, pues soy buen cristiano, pero no comparto lo mío con nadie.
Amo a mis padres y abuelos, pero nunca los llamo, ni me preocupo por ellos, ni tengo una atención, ¿Qué tiempo hace que no los llama, los abrazas o besas?
Si embargo, es el amor la mejor terapia del mundo, las enfermedades se curan más rápido cuando hay amor, los problemas emocionales se superan más rápido cuando hay amor, el dolor es más llevadero cuando hay amor, se vive con más armonía cuando hay amor, los conflictos se superan, los corazones se perdonan, las personas se comprenden, cuando hay amor, ¿saben por qué? Porque donde hay amor está Dios, pues Dios es amor. Tal como nos dice la 1 de Juan: “El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”.
Te garantizo que, cuando hay amor, las personas se transforman, crece su autoestima, se sienten más felices, se fortalecen espiritualmente, se acercan más a Dios y se evitarían muchos suicidios, divorcios, muertes.
Pero el amor hay que demostrarlo, hay que aprender a abrazar, a pasar la mano, a compartir tus bienes, a dar un plato de comida, a decir: “te quiero, te amo, te necesito, cuánto te admiro, me siento orgulloso de ti, qué bien lo hiciste, ¿qué necesitas?, a brindar sonrisas, a decir palabras hermosas y nunca ensuciar tus labios con palabras obscenas.
Víctor Martínez desea compartir contigo a Efesios 4: “No digan malas palabras, sino solo palabras buenas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen. No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva. Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”. Palabra de Dios.
Recuerden que las palabras tienen poder, se anidan en nuestra mente y corazón y se convierten en realidad, por eso nunca maldigas, ni digas palabras obscenas, morbosas, negativas.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestra hermana Indhira Eloy.
Hasta la próxima.