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Carlos Peña, La Tora, Abinader e inseguridad en El Seibo

¡Cógelo, Picante! Esa señora es dura, sí. Pero, su apresamiento fue un abuso. Y ahora… ¡aguanten sus misiles!

Buenos días…

El dirigente político, comunicador y líder religioso Carlos Peña le puso la cosa complicada, no solo al gobierno de Luis Abinader, sino también al sistema judicial dominicano y, en especial, al Ministerio Público. Ese mismo organismo que el presidente insiste en llamar “independiente”, aunque, como bien dice el refrán: del dicho al hecho hay mucho trecho. ¿Independencia? ¡Por favor!

Desde Magdala, en Israel -sí, nada menos que desde la Tierra Santa- y vía un video colgado en su cuenta de X (antes Twitter), Carlos Peña reaccionó sorprendido por el apresamiento de Claudia Pérez, mejor conocida como “La Tora”. Claro, eso fue aquí, en esta media isla tan peculiar.

Pero lo que dijo no se quedó ahí. Según Peña, para “La Tora” apareció justicia. Y no está mal, que conste. Lo que él no entiende (ni muchos tampoco) es por qué esa misma justicia no se digna a conocer expedientes que él ha sometido -con pruebas, dice- contra el ministro Carlos Bonilla, Bartolomé Pujals y Carlos Pimentel. Denuncia, nada menos que un intento de desfalco de 300 millones de pesos, en el escándalo de los alquileres de la OPTIC. ¿Y la justicia? Bien, gracias.

Pero eso no es todo. Peña también habló de un expediente de 728 mil millones de pesos (sí, leyó bien) contra Celso Marranzini. ¿Y adivinen qué? Tampoco ha aparecido la justicia.

Como no queremos seguir detallando cada misil lanzado por Carlos Peña contra el gobierno y el sistema judicial, mejor lo dejamos con su propio video. Vea, escuche… y saque sus propias conclusiones.

Por cierto, tan pronto “La Tora” fue presentada ante el tribunal, fue dejada en libertad, como debía ser. Celebró con champán e incluso invitó a brindar al mismísimo Sergio Moya (a) Gory. ¡Así se goza en Quisqueya!

A ¡Cógelo, Picante! le gustaría que el director de la Policía Nacional, Ramón A. Guzmán Peralta, nos invitara -pero en presencia de la procuradora Yeni Berenice Reynoso- a hablar de sus obras en Sabana Grande de Boyá, El Seibo (su pueblo) y en Jarabacoa. Y que conste: faltan más.

¡Increíble, pero cierto! En República Dominicana no hay seguridad. Lo hemos dicho mil veces. Las autoridades están en todo… menos en lo que deben. ¿Ejemplo? En un pasillo del Palacio de Justicia de El Seibo hubo un pleito entre dos grupos, y hasta un cuchillo apareció. ¡Ave María Purísima! Gracias a Dios que no hubo sangre. Pero, imagínese usted: ¡un apuñalado en pleno Palacio de Justicia! ¿Y la seguridad?

Lo dejamos con la historia del comunicador y periodista Luis Chalas y su programa «Levántate con Nosotros»:

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Dirigentes comunitarios de San Francisco de Macorís, Santo Domingo, Santiago y otras ciudades han expresado su preocupación por la violencia intrafamiliar, las ejecuciones, en “enfrentamientos” fabricados por la Policía, y la falta de oportunidades que convierte la desesperanza en violencia.

Esa inseguridad que vivimos en las calles, y también en los hogares, refleja un problema estructural de fondo. Los jóvenes, especialmente, están atrapados en un ciclo de desesperanza, abandono y violencia. ¿Y qué se hace? Nada.

En Santo Domingo Este, cerca del barrio de la Policía Nacional, hay al menos 17 puntos de venta y distribución de drogas. Sí, ¡17! Los comunitarios no saben a quién acudir. Los microtraficantes andan como Pedro por su casa, protegidos… ¿por quién? Nosotros no lo sabemos. ¡Que lo investiguen las autoridades!

Y ya que hablamos de investigaciones, ¿dónde están los miembros de la famosa comisión anticorrupción? ¿Siguen vivos? ¿O están en alguna operación encubierta? Porque resultados, no se ven. Algunos dicen que esa comisión fue puro “aparataje” del presidente. Un show. Una vitrina vacía.

Por otro lado, nos informan que el director de la DIGESETT está retomando medidas aplicadas por el general Frener Bello Arias. Si es así, excelente. En tiempo de Frener Bello, se hizo respetar la ley, sin importar rango, uniforme ni apellido. Y usted, general Méndez, sabe bien de eso: usted trabajó en esa gestión. ¿Se acuerda cómo se sancionaron algunos coroneles por extorsión subalternos? Eso sí era orden.

Y ya que estamos en eso… Sería interesante que el director de la Policía explique públicamente -quizás en La Semanal- qué pasó con el sargento apodado el “Rubio”, que supuestamente “recogía los chelitos” en los puntos de droga de Villa Mella. ¿Fue sancionado? ¿Ascendido? ¿Trasladado? ¿O se evaporó?

Esta columna no es un panfleto. Es un llamado directo, ácido y sin maquillaje. Una parábola con nombre y apellido. Aquí no hay metáforas suaves. Hay hechos duros, certeros, preguntas legítimas y verdades incómodas. Que pique, que duela… pero que se hable.

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