ACTUALIDADNACIONALESPICANTE

Reforma policial, tragedia de Jet Set y Abinader

¡Cógelo, Picante! Ciudadanía sospecha que Gobierno y Procuraduría buscan proteger al dueño de discoteca

Buenos días…

Cuando el río suena es porque agua trae, un dicho popular que casi nunca se equivoca.

La ciudadanía está al acecho, observando paso a paso todo lo que sucede con la tragedia ocurrida la madrugada del 8 de abril en la discoteca Jet Set, donde por falta de responsabilidad, tanto de las autoridades como de los dueños de ese establecimiento, hubo más de 230 muertos y cerca de dos centenares de heridos.

Dicho sea de paso, la gente no cree en esas cifras, alegando que no son reales. Afirman que en los números que se han dado a conocer no figuran todos los que estaban allí.

La ciudadanía teme que el gobierno de Luis Abinader y el PRM, junto a la Procuraduría de Yeni Berenice Reynoso, hagan todo lo posible para que el dueño de Jet Set, Antonio Espaillat, salga de esta tragedia impune, premiado en lugar de ser castigado.

Además, la ciudadanía califica como un hecho bochornoso, una burla a la sociedad, que el Gobierno dominicano, a través del Ministerio de Turismo, haya promovido a Jet Set en España, en la feria de FITUR, como una «marca país», a pesar de las fallas en sus estructuras físicas, denunciadas por los vecinos del lugar. Y ahora, ¿qué dice David Collado?

Nos cuentan que en materia de drogas y corrupción, la República Dominicana no anda bien.

Desde hace tiempo, venimos diciendo que Estados Unidos está vigilando a muchos dominicanos, incluidos altos oficiales militares y policías, que en pocos años se han hecho muy ricos sin tener una profesión que justifique esa facilidad para adquirir riqueza.

Entre los dominicanos vigilados por el Tío Sam figuran políticos, incluidos legisladores, diputados y senadores, oficialistas, y hasta ministros.

Oficiales policiales y militares consideran que el flamante general Eddy Pérez, director de la Policía Nacional en Santo Domingo Este, actuó como un cabo cuando participó en un operativo, donde se incautó una bocina. ¡Qué vergüenza!

Y hablando de bocinas, no es cierto que ocupando bocinas se vaya a reducir la delincuencia. Quienes lo creen así, desconocen las causas que están provocando la espantosa inseguridad que azota al país.

Ciertamente, el bullicio es un problema en el país, pero no es la causa que origina la inseguridad. Hay que combatir la contaminación sónica, pero no con tiros, gas pimienta, macana o fusil en mano.

La inseguridad es culpa del propio gobierno, del presidente Luis Abinader, por no haber tomado las medidas que debió tomar hace tiempo.

Es una vergüenza que el presidente Abinader mantenga al frente de la Policía, y en los principales mandos de esa institución, a oficiales señalados como corruptos, entre ellos al propio director de la Policía, Ramón A. Guzmán Peralta, quien no puede justificar las obras que está construyendo en varios lugares del país.

Por cierto, si el presidente Abinader, realmente está comprometido con el combate a la corrupción, debe investigar de dónde Guzmán Peralta ha sacado tantos recursos para invertir millones y millones de pesos en sus dos fincas, ubicadas en la comunidad de Gonzalo, en la provincia Monte Plata, así como otras construcciones en su pueblo natal, El Seibo, y nos cuentan que también está construyendo en Jarabacoa.

La realidad es que la represión policial en el gobierno de Abinader es aterradora.

Presidente, actúe, haga cambios en la Policía, si en verdad le duele lo que le ocurre a la población.

La Policía no está haciendo su trabajo correctamente. Mientras haya represión, abusos o maltratos, no habrá respeto hacia las autoridades policiales. El respeto se gana, pero no con represión.

Presidente Abinader, ¡Cógelo, Picante! Apoya una reforma policial, una transformación de la Policía Nacional, pero que no sea para favorecer a delincuentes, ni a policías que en el pasado hayan sido puestos en retiro forzoso o que hayan incurrido en hechos dolosos y penales. Y en su reforma, Presidente, las acciones dolosas y los escándalos han sido el pan nuestro de cada día. Es decir, su reforma ha sido un fiasco.

El COE informó que durante el asueto de Semana Santa fallecieron 32 personas, de las cuales 30 en accidentes de tránsito, 26 en incidentes de motocicletas. Pero, además, el COE reveló que hubo menos desplazamiento de personas y, por tanto, más víctimas. Esto debe llevar a la reflexión: mucha represión, mucha espuma y poco chocolate. Fracaso total por parte de las autoridades.

Si cada candidato a senador del PRM recibió 593 millones de pesos en la campaña electoral de 2020, nos imaginamos que en el 2024 esa cifra, por lo menos, se duplicó. Y hoy, al pueblo se lo está llevando el mismísimo demonio. Por eso, ese Senado es un sello gomígrafo.

 

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba