José Abrahán Méndez: el coronel que patrullaba versos y componía sueños
Su carrera policial nunca apagó al compositor ni al poeta: vivió entre el rigor del uniforme y la dulzura de las palabras.

Luto en Jet Set
Por Tomás Aquino G.
SANTO DOMINGO ESTE, R.D.
Desde niño, José Abrahán Méndez caminaba entre dos mundos: uno marcado por el orden y la disciplina de la Policía Nacional, y otro donde revoloteaban las mariposas de la poesía y la música.
Mientras otros soñaban con ser héroes o artistas, él soñaba con ser ambas cosas a la vez: policía y poeta.
Con apenas doce años ya escribía versos mirando el vuelo de una mariposa o el brillo de una luna distraída.
Lo suyo no era un pasatiempo, era vocación. Amaba la música tanto como el uniforme, y en lugar de elegir entre las dos pasiones, decidió llevarlas ambas consigo durante toda la vida.
Tras finalizar el bachillerato, ingresó como cadete en la Policía Nacional, donde se formó durante cuatro años y egresó como segundo teniente, integrando la XV promoción de cadetes (1989–1992).
Pero, aunque las botas le pesaban y el deber imponía disciplina, la poesía nunca abandonó su alma, ni las canciones sus madrugadas.
Un oficial de línea dura… con corazón de bolero
José Abrahán Méndez hizo carrera en la institución policial hasta alcanzar el rango de coronel, comandando más de 15 departamentos y desempeñándose como subdirector regional en distintas zonas del país.
Se define como un policía de «mano dura contra la delincuencia», pero también como un hombre sensible, padre ejemplar de cinco hijos —tres hembras y dos varones— y eterno enamorado de las letras.
“No dejé de escribir nunca. Entre operativos, guardias y reuniones, siempre encontraba un momento para un verso, una canción, una idea”, dice con orgullo el ahora retirado general, quien también es licenciado en Derecho.
El arte como refugio y denuncia
A lo largo de su vida ha escrito más de 15 libros, entre ellos Los Hijos de Machepa, La Manzana Podrida, Orientación y Consulta Policial, y Evelina: El asesinato de una adolescente embarazada, títulos que revelan su compromiso con la sociedad, pero también su mirada crítica hacia el sistema.
Como compositor, ha creado temas en distintos géneros: merengue, bachata, salsa y balada.
Entre sus canciones destacan Juan Policía, La Policía de Hoy, Una Noche Más, Espina e Amor, Todo Está Bien, y su más reciente obra: “Luto en Jet Set”, una desgarradora pieza que rinde homenaje a la tragedia ocurrida el 8 de abril de 2025, cuando un derrumbe en la discoteca Jet Set cobró la vida de 236 personas, entre ellas el legendario merenguero Rubby Pérez.
“Esa tragedia la viví como ser humano, policía y como artista. Rubby era una de mis inspiraciones. Su muerte fue una puñalada al corazón de la música dominicana”, confiesa Méndez.
Luto en Jet Set es interpretada por Dany Tierra Seca, con arreglos que evocan duelo y memoria. Es más que una canción: es una denuncia, un réquiem, un grito que exige justicia ante la impunidad que todavía cubre esa noche de fuego y sombras.

Un legado en partituras y en páginas
Además de componer, Méndez ha colaborado con artistas como Kaki Vargas, José Andrés y Dany Tierra Seca, entre otros. Su obra La Policía de Hoy, interpretada por Vargas, buscó tender puentes entre la institución y la ciudadanía.
Actualmente, preside la Sociedad de Generales Retirados de la Policía Nacional (SOGREPOL), desde donde sigue escribiendo, componiendo y orientando a nuevas generaciones. Es, además, autor del Himno de esa entidad.
“Ahora escribo más versos, poesía y canciones. Tengo más tiempo para mirar, para sentir, para decir”, afirma.
José Abraham Méndez no sólo fue policía. Fue vigía de la calle y del alma, un oficial que nunca dejó que el uniforme apagase su voz interior, ni que la rutina borrara sus sueños.
Porque algunos hombres patrullan la ciudad. Y otros patrullan el corazón. Él hizo ambas cosas.