Dos fechas: 4 de julio de 1861, fusilan a Sánchez… 1982, ¿se suicidó Guzmán?

Por Augusto Álvarez
En Estados Unidos, el 4 de julio es una fecha emblemática: celebra su independencia. También en nuestro territorio esa fecha guarda una carga histórica profunda, aunque por motivos muy distintos.
Ese mismo día, en 1861, se ejecutó en San Juan de la Maguana la orden del anexionista Pedro Santana —¿ídolo de la Policía Nacional?— de fusilar a uno de los padres de la patria, el trinitario Francisco del Rosario Sánchez.
Qué vergüenza que existan instituciones oficiales que aún honren a traidores a la patria, mientras minimizan o ignoran a quienes nos legaron una nación libre y soberana.
Sin embargo, es en las aulas, en la educación, donde debe iniciarse la verdadera reivindicación del papel de Sánchez y su entrega a la causa independentista, junto a Duarte, Mella y tantos otros patriotas que lucharon contra la ocupación haitiana y por la libertad de los dominicanos.
Otra figura que también debe recordarse en esta fecha es Antonio Guzmán, presidente elegido en 1978, quien con su triunfo electoral venció al régimen autoritario de Joaquín Balaguer, devolviendo al país el aliento democrático tras años de represión, asesinatos políticos y exilio.
Guzmán abrió las cárceles a los presos políticos, permitió el retorno de los exiliados y marcó el inicio de una nueva etapa en la vida institucional dominicana. Su trágico final en julio de 1982 —aún hoy objeto de conjeturas y debate— no opaca su aporte decisivo a la democracia.
Este 4 de julio, recordemos a Francisco del Rosario Sánchez, mártir fusilado por defender la libertad. Y recordemos también a Antonio Guzmán, cuyo legado merece análisis y gratitud. Ambos, en distintos siglos y contextos, actuaron con sentido de patria.