AYUDAME A SALVAR UNA VIDA
Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?
A propósito de lo sucedido en aquel lugar del mundo, ciudad de los más grandes millonarios, quienes en una noche festiva tenían un espectáculo en el que se mencionó a Dios, recibiendo poca acogida, burlas y desprecio, y ver como al otro día se generó en aquella ciudad un enorme incendio de varios días quedando destruidas precisamente las propiedades de esos grandes millonarios, entre otros, he querido reflexionar ante el tema del desafío a Dios.
Tenemos innumerables ejemplos de situaciones históricas, bíblicas, de personas que se han atrevido a desafiar, a disputar a Dios, y el resultado ha sido catastrófico.
Nos dice Deuteronomio 28: “Pero sucederá que, si no obedeces al SEÑOR tu Dios, guardando todos sus mandamientos y estatutos que te ordeno hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán”
Pienso que, disputar con Dios es una idea extremadamente mala, es una disputa que el hombre simplemente no puede ganar. Lo que es más triste, dejar esta vida teniendo una disputa no resuelta y constante con Dios es eternamente letal—un destino que es peor que la muerte misma.
Hay varios incidentes que las Escrituras registran y que esencialmente representan disputas entre los seres humanos y Dios. Comenzando con Adán y Eva, las cosas nunca han marchado bien para aquel que viola las instrucciones divinas, o básicamente, disputa con Dios (Génesis 3).
En Génesis 6-8, vemos como casi toda la raza humana fue arrasada de la superficie de la Tierra en el Diluvio universal del tiempo de Noé.
La Biblia aborda la desobediencia a Dios como un acto que provoca su ira, indicando que las consecuencias de tal desobediencia son serias, ya que «la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia» (Efesios 5:6). También se nos recuerda que la obediencia proviene de un corazón sincero y lleno de fe, resaltando la importancia de seguir las enseñanzas divinas.
Cada cual tiene su forma de pensar y de sentir con respecto a Dios, incluso aquellos que dicen no creer en Dios, saben muy bien lo que sienten en su interior cuando se expresan de esa manera.
Hay que ser muy tonto, ignorante, para asumir una actitud así, sobre todo cuando tú tienes una hermosa familia, un buen trabajo, salud y la vida te ha brindado grandes oportunidades, debes dar gracias a Dios y no desafiarlo, pues con esa actitud estas atrayendo las fuerzas del mal a tu vida y podría generar una catástrofe sobre un hijo o familiar cercano o sobre ti mismo, y no porque Dios sea malo o vengador, sino porque nosotros o estamos con Dios o contra Dios, en pocas palabras o con Dios o con las fuerzas del mal, ¿el demonio?.
Víctor Martínez eleva hoy sus oraciones ante el Creador por quienes han dado entrada en su mente y corazón la idea de que Dios no existe, anidando la presencia del mal.
Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias al apoyo recibido por nuestra hermana Mónica Varela.
Hasta la próxima.
